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viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPÍTULO VII: Herejías e ideologías medievales: Una visión desde el siglo XXI


LA MÁQUINA DE PENSAR

Cuando empecé a trabajar en esta obra sobre las herejías e ideologías, hubo un hecho que me llamó de manera especial la atención, el hecho es que el ser humano, con su curiosidad innata, con su naturaleza exploradora e inteligente, con su progresista deseo de conquistar nuevas fronteras, no pudo ser doblegado durante esta edad.

Es bastante curioso que la mente del hombre, durante este tiempo, y desde los inicios mismos del cristianismo, trató de ser doblegada por y adoctrinada según los principios de la religión, y su influencia estaba absolutamente dentro de ella, nada escapaba a la misma, sin embargo, el mismo proceso que nos llevó a evolucionar, separarnos de nuestros primos los primates, elevarnos erguidos y andar en dos patas, descubrir y utilizar las herramientas, moldear la piedra, establecer la revolución del neolítico, durante la cual aprendimos los rudimentos de la agricultura y la ganadería, esa misma pujanza, esa misma fuerza por sobrevivir, llevó a los hombres herejes, que razonen, mediten y piensen que un asunto no estaba siendo interpretado del modo más correcto, y con estas “máquinas de pensar”, se gestó otra revolución por la supervivencia, que demostró que ningún concepto por absoluto que parezca, o por irrefutable que se muestre, tiene bases demasiados sólidas para imponerse por eones, las ideas cambian al igual que las necesidades, en estos casos, la religión oficial no podía satisfacer todas las necesidades de conocimiento y explicación de las cosas que cada adepto a la religión se preguntaba, por ejemplo, el hecho de que personas que aparentemente seguían al pie de la letra todas las reglas de la fe, pasaban vicisitudes y problemas, y personas poco éticas y de una escuálida firmeza moral vivían una vida acomodada y despreocupada.

Estas cuestiones, al no ser resueltas por los dogmas católicos u oficiales, propiciaron los mecanismos de supervivencia que llevamos en lo más profundo de nuestra biología, esta vez ya no se trataba de la inteligencia para tratar de escapar de un predador o competidor, sino que tanto se acomplejó la estructura social del homo sapiens, que la lucha por la supervivencia del más fuerte se llevó a escenarios intangibles, como el religioso y el filosófico.

EL PORQUÉ DE LAS HEREJÍAS

Básicamente, explicar o encontrar una razón por la cual surgieron las herejías es una tarea titánica, podemos enumerar algunos motivos más importantes:

Diversidad humana.

Luchas por el poder.

Satisfacción de necesidades.

Política.

El primer motivo es inherente a la naturaleza humana, poco estudiado a veces, se trata de que no encontraremos dos seres humanos que tengan puntos de vista idénticos en todos los aspectos, es parte de nuestra herencia la diversidad, y como especie, funcionó muy bien, hasta tal punto de volvernos los seres vivos más evolucionados del planeta Tierra. Esta diversidad encierra la imposibilidad de que sistemas religiosos o políticos sean eficaces por más evolucionados o estudiados que sean, una solución satisfactoria para un individuo, puede ser atroz para otro, incluso para gemelos idénticos o personas que han nacido, crecido, y vivido en ambientes y condiciones idénticas, es tal la complejidad intrínseca de la vida humana, que un sistema religioso como el católico se muestra inútil al tratar de aplicarse con éxito a toda la especie humana, así pues, los intentos de hegemonía universal de la misma, están destinados de antemano al más rotundo fracaso.

Las luchas por el poder han existido, y probablemente, existirán siempre, a no ser que involucionemos volviéndonos similares en estructura y sociedad a los insectos sociales como las hormigas y abejas. Es sencillamente un callejón sin salida, la involución no es aceptable, cualquier organismo que trate de involucionar, según nos enseña la historia natural, muere en el intento, de este modo análogo, las herejías fueron un arma muy poderosa a la hora de pujar por los espacios de poder y control de las sociedades humanas, al ofrecer una solución a veces más satisfactoria a las necesidades filosóficas y espirituales de ciertos grupos humanos, se lograba apoyo para propagar la causa, y así mismo, la postura oficial o mayoritaria, pujaba por mantenerse el mayor tiempo posible en el poder.

Como ya hemos dicho, muchas necesidades no eran cubiertas de modo satisfactorio por las doctrinas de la oficial iglesia católica romana, esto hizo que muchas de las contradicciones de los textos sagrados del antiguo y nuevo testamento y las tradiciones cristianas fueran interpretadas de distinta manera y adaptadas según las necesidades de los fieles, en cambio, en una actitud conservadora que siempre la caracterizó, la iglesia católica lucho por mantener estas tradiciones e ideas, limitándose a establecer dogmas de irrefutabilidad de dichas ideas.

La política, lucha de poder y espacios públicos, se mostró como una faceta muy actualizada de un viejo instinto que pervive en la parte más interna y menos evolucionada de nuestro cerebro “el cerebro de reptil”, donde se hayan las glándulas como la pituitaria y la pineal, producen hormonas que regulan nuestro ciclo de sueño, además de ponernos mansos y receptivos o evasivos o agresivos, al contrario del corte, la parte exterior del tejido encefálico, donde reside nuestra actividad consciente, el cerebro de reptil nos condujo a la conducta territorial que tenemos como animales depredadores que somos, al evolucionar también nuestro pensamiento, seguimos influenciados por esta territorialidad, por lo tanto, al inventar cosas como la religión. Por más que esta haya evolucionado al monoteísmo, y después al cristianismo, siguió este último siendo territorial, en tanto, entonces, al combatir las herejías e ideologías opuestas, también se estaba extendiendo el territorio de influencia.

LEGADO DE LAS HEREJÍAS A LAS GENERACIONES FUTURAS

Las herejías nos han dejado a las generaciones de los siglos posteriores un legado interesante, por una parte, hemos entendido que una sociedad única y de un solo y homogéneo pensamiento es impracticable, por otro lado, también nos han legado la construcción de un proceso, no exento de sacrificios, a posteriori, sumamente interesante, como es el hecho de que las instituciones tuvieron que adaptarse a los cambios a través del tiempo y ajustarse a las necesidades humanas para poder sobrevivir, nos legaron historias del valor y valía humanos, de la lucha por lo que queremos y la consecución de los ideales perseguidos, una noble causa, que más allá de sus matices religiosos y místicos nos mostró que el mundo se integraba poco a poco hasta que mil años después se conformaría una aldea global.

No menos importante es que fue fuente de inspiración de innumerables escritos y libros, de ambos bandos, lo que derivó en el implacable avance de la búsqueda del conocimiento del ser humano, sentó las bases para el posterior movimiento del siglo de las luces y de la ilustración, la declaración de los derechos del hombre y el noble, pero ineficaz hasta la fecha movimiento marxista. Además fue el caldo de cultivo del germen de la revolución científica y del afán de exploración posterior. Un laboratorio de pruebas de relaciones de grandes grupos humanos. Inspiró obras de arte de todas las áreas conocidas, empujó la política, derecho y muchas áreas del conocimiento humano que hubieran quedado estancadas de no haber existido el movimiento hereje en Europa.


LECCIONES PARA APRENDER

Muchas cosas aprendimos, y muchas cosas nos quedan aún por aprender de las lecciones recibidas de la historia, más específicamente de la historia de las herejías e ideologías en el Medioevo, una de ellas es la tolerancia entre los seres humanos, es muy triste darse cuenta de que prácticas de persecución y falta de respeto a la dignidad humana no han sido superadas satisfactoriamente por la humanidad conjunta, las persecuciones sistemáticas a los judíos por ejemplo, llevadas a cabo en la edad media, se han repetido con más saña en épocas tan recientes como la segunda guerra mundial.

Es de destacar también la actitud de terquedad de la iglesia católica en insistir con el celibato de sus ministros, siendo que no es una condición muy sana para estas personas, y la negativa que persiste hasta nuestros de días de ordenar sacerdotes o ministros a las mujeres. Y ni hablar de obispos mujeres, cardenales o incluso una Papisa.

También es importante aprender que no se deben persistir más en dogmas que hacen daño de manera sistemática, como oponerse al uso de anticonceptivos, o más específicamente del condón, cuando en áfrica existen cada vez más enfermos de VIH a causa de la educación cristiana que desalienta el uso de estos medios.

La intolerancia y la marginación también alcanzan a las minorías, grupos como los homosexuales y transexuales son excluidos y denigrados, tachados como enfermos.

En síntesis, nos quedan aún muchas cosas por aprender de las crónicas de los tiempos de los herejes, lecciones que tenemos que aprender para el progreso sostenido de toda la raza humana, sin distinciones de credo, raza, nacionalidad, opción sexual o política.

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