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viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPÍTULO I: Ideologías en el Medioevo


ADOPCIONISMO
El adopcionismo es una doctrina cristiana, según la cual, Jesucristo era de naturaleza humana y no divina, un ser humano de carne y hueso como cualquier otro, que por voluntad de Dios fue llevado a la condición divina mediante la adopción de éste por el mismo Dios.

El adopcionismo como corriente de pensamiento no especifica de manera explícita el momento en el cual Jesús fue elevado a tal condición, puede que haya sido al mismo momento de su concepción como ser humano, en el transcurso de su vida, o tras su muerte.

Entre las causas probables del surgimiento de esta idea, podemos citar la concepción judía del mesías, el cual según la tradición hebraica es un ser humano elegido por Dios (Iahveh) para sacar al pueblo hebreo de su condición de grupo derrotado muchas veces por enemigos enormemente poderosos y elevarlos por sobre todos los pueblos, a modo de “pueblo elegido”, en esta concepción semítica el mesías no es el hijo de Dios, sino, un elegido.

Otro posible embrión de dicho pensamiento podría encontrarse en las leyendas griegas clásicas de los dioses del Olimpo, en las historias griegas, existían relatos sobre héroes que por sus grandes y notables hazañas eran elevados a la condición divina por medio de la apoteosis (6). El más recordado de estos casos es el de Heracles, el cual después de morir quemado en una pira es tomado por su padre Zeus para gobernar a su lado. Es sumamente probable que la leyenda haya llegado a los cristianos primitivos que vivían en los territorios del entonces Imperio Romano, el cual adoptó gran parte de la religión griega.

Además el adopcionismo resultó ser una idea sumamente cómoda para los cristianos, ya que Jesús, fácilmente identificable como un héroe y símbolo para los mismos, salvador de todos los cristianos fue “adoptado” por Dios, lo cual hacía que los cristianos reforzaran su fe ya que el exponente máximo de la religión cristiana era un hombre, un ser humano de carne, piel y huesos, alguien real y tangible, una poderosa idea para una religión que tenía como deidad a un Dios invisible e insondable.
Si bien el adopcionismo propiamente dicho no es una ideología medieval, la citamos por que el adopcionismo medieval, fue un resurgimiento importante en el Medioevo, el adopcionismo en esta época fue “resucitado” y varios clérigos proclamaron su pensamiento adopcionista,
Elipando de Toledo
este resurgimiento data del siglo VIII, cuando entre otros, el obispo de Toledo, Elipando (717-808) se convirtió en el principal defensor del adopcionismo, probablemente influenciado por el pasado arriano de los visigodos y la influencia islámica en la península ibérica, sostuvo que Cristo no es Hijo de Dios por naturaleza, sino por adopción del Padre, defendió sus ideas en el sínodo de Frankfurt en el año 794 y en el Concilio de Aquisgrán en el 800.

Elipando defendió tenazmente su nueva idea, la cual fue condenada por la Iglesia en el segundo Concilio Ecuménico de Nicea en el 787. En el 794 el papa Adriano I y posteriormente en el 799 León III condenaron el adopcionismo como herejía en los sínodos de Frankfurt y Roma, respectivamente. También el monje español Beato de Liébana y el Obispo Eterio de Osma, así como el mismo Reino de Asturias se opusieron a las enseñanzas del clérigo adopcionista.

En este sentido, hablando de adopcionismo medieval, podemos citar un contexto histórico notable: la España ocupada por los musulmanes, al haber intercambio de culturas, es probable que el adopcionismo medieval en la antigua iberia haya surgido en un intento de acercamiento entre dos grandes religiones: el cristianismo y el islam.

Para comprender mejor esta idea, podemos citar el texto sagrado de la religión mahometana, por ejemplo:

“El Ungido, hijo de María, no es sino un enviado, antes del cual han pasado otros enviados, y su madre, veraz. Ambos tomaban alimentos. Mira cómo les explicamos los signos! Y mira cómo son desviados!” Corán, Sura 5, verso 75.

Del cual deducimos que dada la coyuntura política de la España ocupada por los moros era menester encontrar un acercamiento con los ocupantes que mejore la posición de poder del cristianismo, lime asperezas entre las dos culturas, e incluso gane adeptos islámicos.

Además entre los años 754 y 800 Elipando dirigió la sede de Toledo, periodo durante el cual luchó contra las intenciones del franco Carlomagno de someter la Iglesia española a la franca, y de este modo asegurarse más poder político en la región.

En definitiva, más allá de las meditaciones o reflexiones religiosas que motivaron al resurgimiento del adopcionismo en la Edad Media, se puede apreciar claramente una puja por el poder, entre la Iglesia Católica, los españoles luchando por su autonomía en su territorio ocupado y las intenciones carolingias.











DONATISMO
San Agustín y los donatistas, obra de Charles-André van Loo

El donatismo surgió en Numidia, actual Argelia, en el siglo IV, fue concebido como reacción ante la pérdida de valores morales de los clérigos cristianos de la época, fundada por el obispo de Cártago, Donato, insistía en que solo aquellos sacerdotes de moral intachable podían administrar los sacramentos, entre ellos el bautismo y la eucaristía, y que los pecadores no podían ser miembros de la iglesia.

Inicialmente se llamó “Iglesia de los Mártires” pero fue más conocida por su otro nombre, la Iglesia Católica rechazó las argumentaciones de Donato y sus seguidores tachándolas de apóstatas (7), ya que según la misma los sacramentos son de carácter divino, independientemente a la integridad moral de quien los administre.

El contexto histórico en el cual se desarrolló esta idea es bastante interesante, ya que gran parte de la población en el norte de África se convirtió al cristianismo en época del Imperio Romano, mas por oposición al Imperio y su Emperador politeísta que abiertamente los condenaba y maldecía, que por fe devota, esta misma situación fue cambiando en cuanto los emperadores fueron convirtiéndose al cristianismo, también en muchos casos, por una acertada estrategia política, las poblaciones del norte de África encontraron entonces en la doctrina donatista una manera de oponerse otra vez al Imperio.

San Agustín de Hipona (354-430) pidió la máxima pena como castigo a los donatistas, en el concilio de Arles en el 314 fue condenada sin mucho éxito. Si bien sus inicios datan de la época romana, su influencia se extendió en las arenas del tiempo, alcanzando preponderancia en los siglos V y VI de nuestra era, sólo luego de la expansión del Islam en dichas regiones hacia los siglos VII y VIII el conservador movimiento, la “línea dura” filosófica del cristianismo que fue la Iglesia de Donato, fue decayendo.




PELAGIANISMO

El pelagianismo, doctrina cristiana considerada herejía por el catolicismo, recibió su nombre de Pelagio, su mayor promotor, negaba tajantemente la existencia del pecado original (8), según el pelagianismo, la falta del pecado original solo habría afectado a Adán, y no fue transmitida a su descendencia, por lo tanto, al contrario de lo sostenido por la Iglesia Católica, la humanidad estaba libre de dicha culpa, entonces, el sacramento de iniciación al catolicismo, el bautismo, era redundante e innecesario.

Según Pelagio, para obtener la salvación solo era necesario obrar bien y de acuerdo a los mandamientos cristianos, y no existía una gracia divina que desempeñara papel alguno en la salvación de las almas.

Si bien Pelagio plasmó sus ideas en varios escritos suyos, como por ejemplo: De fide Trinitatis libri III, Eclogarum ex divinis Scripturis liber unus y Commentarii in epístolas S. Pauli, no fue sino otro personaje, amigo de Pelagio, un abogado de noble ascendencia y de nombre Celestio, el que sintetizó involuntariamente los principios de la corriente pelagiana, este hecho, fue propiciado cuando Celestio, en su gran admiración por la vida y obra monástica, trató de ser ordenado presbítero en Cártago, a lo cual, el diácono (9) Paulino de Milán, frustró los planes del abogado enviando al entonces obispo Aurelio en el que presumiblemente se trataba de un fragmento de la obra perdida de Celestio: Contra traducem peccati, las seis tesis de Celestio*, y entonces el pelagianismo y su particular interpretación de la doctrina cristiana fueron tachadas de heréticas.













*Las seis tesis de Celestio, condenadas como herejías, eran las siguientes ideas:

Aun si Adán no hubiera pecado, habría muerto.
El pecado de Adán lo perjudicó sólo a él, no a la humanidad entera.
Los niños recién nacidos se encuentran en el mismo estado que Adán antes de la caída.
La humanidad entera ni murió a través del pecado o de la muerte de Adán, ni resucitó a través de la resurrección de Cristo.
Si bien las ideas del Pelagianismo fueron ampliamente condenadas por los concilios ecuménicos de la doctrina católica romana, ya que analizando la situación desde un punto de vista crítico, estas ideas tenían carácter revolucionario en el seno de la iglesia, por lo tanto, muy peligroso para seguir conservando el mismo grupo de personas la influencia y el poder que en ese entonces ya disponían, sentó las bases para futuros movimientos de distinto pensamiento a la corriente oficial de la Iglesia, y para las ideologías y tendencias consideradas heréticas por la teocracia imperante en la Europa medieval que posteriormente se desarrollaría.






----------------------------------------------------------------------------------------------La ley mosaica es tan buena guía para el cielo como el Evangelio.
Antes de la venida de Cristo hubo hombres que se mantuvieron sin pecado.
MOVIMIENTO DUALISTA

O conocido mejor por el nombre de Dualismo,  escuela de pensamiento que afirma que todo ente posee una naturaleza dual o doble, es una doctrina que afirma que existen dos principios supremos e increados, contornos, independientes e irreductibles entre sí, además de opuestos o antagónicos, por ejemplo; el bien y el mal.
Si bien el dualismo como término específico no apareció sino hasta épocas recientes, ya existía de forma religiosa o mística en la antigüedad, para citar un ejemplo, podemos remitirnos a la religión persa del Zoroastrianismo, que ya elaboró un concepto de creencia dualista, con la deidad suprema, el Ahura Mazda y la concepción o personificación del mal en Ahrimán; y también en el extremo oriente en la actual China, donde es sumamente conocida la representación gráfica del dualismo oriental, el ying-yang.

Sumamente influenciado por estas creencias antiguas, surgió el movimiento dualista medieval, el que básicamente defendía la idea de que los dos conceptos, el bien y el mal, además de excluyentes, tenían el mismo peso, esto contrastó mucho con los dogmas católicos, que sostenían, en las mismas historias y tradiciones cristianas, que el mal era solo una parte del bien, de la obra de Dios que había sido corrompida, generalmente por la desobediencia a dios o por el andar pecaminoso de los hombres, por ejemplo, la tradición rezaba que el demonio, Satanás, era en realidad un ángel caído o rebelde, que ambicionó para sí mismo el poder y la condición de dios, desafiando de ese modo su autoridad, por esta pretensión incompatible con los designios del altísimo, lo expulsó de su presencia y lo condenó a las tinieblas, junto con todos los seres angelicales que siguieron a Luzbel (10). Dicho principio, es radicalmente opuesto a la hipótesis dualista, que si extrapolamos a la idea de dios y demonio, serían los dos increados, e igualmente poderosos, excluyentes y opuestos, por lo cual, la naturaleza malévola de Satán entraría en una agria disputa, y por que no, una propagación de esta idea se volvió una amenaza al poder ejercido por la Iglesia, y una corriente filosófica que tan inocente parecía, podría volverse un poderoso fertilizante para el resurgir de las religiones paganas, por lo tanto, la Iglesia Católica no encontró ventaja alguna en adoptar algún sistema dualista, por lo cual lo condenó y difamó, si bien, jamás el dualismo fue observado como herejía, más bien fue visto como una idea incorrecta y desatinada, en este sentido, se limitaron a refutarla indicando algunos de estos principios:

■Dios es único.

■ El principio del mal no puede ser Dios ni puede limitar la potencia infinita del único Dios.

■ Todo ha sido creado por Dios, y como tal bueno.

■ Todo lo que existe es bueno.

Según la doctrina católica, el mal no es un ser en sí mismo, ni una naturaleza, sino que es la ausencia del bien meramente.

Los principales opositores al dualismo fueron Santo Tomás de Aquino y San Agustín.


MANIQUEÍSMO
Maniqueísmo o el movimiento de los seguidores de Mani o Manes, es una religión universalista (11) que fue fundada por el sabio persa del mismo nombre, el cual se autodenominó el último de los profetas enviados por dios.

En este sentido, el maniqueísmo es una religión excluyente a todas las demás ya que Manes, como ya mencionamos se consideraba así mismo como el último de los enviados de dios a la humanidad, por lo cual, todos los otros sistemas de creencias religiosas quedaban anulados, es por esta tajante oposición que el maniqueísmo compitió con religiones como es islam, el budismo o el cristianismo.

Si bien en la teología existe un debate acerca de la definición del maniqueísmo, ya que algunos la consideran como un fenómeno esencialmente dualista, otros más bien lo categorizan como un pensamiento gnóstico, si bien, según lo que hemos estudiado desde el punto de vista historiográfico, es una ideología por derecho propio, por cuestiones que trataremos a continuación:

Los maniqueos se originaron en el siglo III, en Babilonia, su principal vía de expansión fue a través de la ruta de la seda; los seguidores de Manes tenían un sistema jerárquico de culto, en donde existían: los elegidos; célibes que pasaban su tiempo en oración, tras su muerte, según el sistema de creencias maniquea, los elegidos alcanzaban el Reino de la Luz. Los oyentes: sirvientes de los elegidos, podían contraer matrimonio y tener hijos, si bien le desaconsejaban esto último, y al morir reencarnaban en los elegidos.

Si bien este sistema de creencias es muy similar a la tradición judeo-cristiano-islámica, para los maniqueos, no era el destino final alcanzar algún tipo de paraíso, sino que la principal finalidad de la creación era alcanzar el estado elemental de la naturaleza y sustancia de las cosas, la separación del Bien y del Mal. Según su tradición, el mal es indestructible, y por lo tanto, hay que disociar la mezcla del bien y el mal de la cual el mundo actual está hecho.

Un hecho notable en las costumbres del maniqueísmo es una festividad, la fiesta del Bema, originalmente, el bema era un asiento situado en la mitad de la nave del templo de la Iglesia Cristiana Siríaca, desde el cual el obispo leía el Evangelio, adaptando esta modalidad, en los templos maniqueos, el bema era un trono de cinco peldaños, la cima del Bema siempre estaba vacía, ya que era el asiento de Mani, esta celebración tenía lugar durante el equinoccio de primavera y además era precedida por ayunos, una clara adaptación de antiguas costumbres persas y judías de la pascua.

Según la religión maniquíesta, Zoroastro, Platón, Jesús, Buda y muchos otros sabios hombres habían sido enviados divinos, de los cuales Mani era el último y definitivo.

Las enseñanzas de Mani, también decían que los males cometidos no tienen responsabilidad humana, sino de las tinieblas o el Ahrimán, por lo cual el concepto de pecado o pecado original estaba seriamente marginado.

Convivió y tuvo muchos intercambios con el cristianismo medieval, pero no fue perseguido y condenado explícitamente como otros pensamientos en concilios ecuménicos o sínodos, ni por tratados o escritos, si bien el pensamiento maniqueísta puede considerarse herético, dualista, desde el punto de vista ortodoxo cristiano, no fue perseguido ni categorizado como herejía, más que por una cuestión ideológica, es más bien por política, ya que el maniqueísmo no se extendió mucho por los territorios de la cristiandad, el mediterráneo y la Europa, sino más bien por Persia y el lejano oriente, por esto, tuvo más conflictos con los creyentes musulmanes que con los de la doctrina de Jesús.

Al no constituir una amenaza seria al liderazgo y dogma de la Iglesia Católica, simplemente no le prestaron mayor atención.

HUSISMO
Juan Hus
Los husitas, partidarios del husismo, fueron disidentes de la Iglesia Católica, se identificaron como grupo con pensamiento distinto en la región de Bohemia, en Europa central, a inicios del siglo XV, el iniciador y líder del movimiento husita era el teólogo Juan Hus, del cual el movimiento derivó su nombre. Al igual que otros movimientos de corriente de pensamiento distinto que se dieron en el corazón de Europa, fueron considerados herejes, y de modo similar que algunas de estas escuelas de pensamiento, exigían la libertad de predicación y comunión bajo las dos especies: el pan y el vino.

Hus fue ejecutado en 1415, a instancias de la sentencia del Concilio de Constanza, del mismo año, solo que igual sus seguidores, en la década de 1420 se impusieron al emperador católico, los seguidores más radicales serían derrotados finalmente en el 1434. Posteriormente, el movimiento se uniría a la reforma.

Un antecedente notorio de este movimiento fue su división al apenas empezar el movimiento, por ejemplo, se dividieron los husitas en dos grupos, los moderados o utraquistas y los radicales o taboristas, este hecho notable nos da una impresión  de que en el Medioevo la política estaba irremediablemente mezclada con la religión, esta separación de facciones entre radicales y moderados es claramente apreciable hoy en día entre sectores políticos de signo muy similar, que para pujar por el poder y diferenciarse unos de otros se identificaron con una u otra postura a la cual se consideraron más afín.

El movimiento husita tuvo una repercusión importante como antecedente o punto de inflexión en la historia al abrir las puertas de lo que posteriormente sería la reforma y el luteranismo y el calvinismo, así mismo, el incidente conocido como guerra husita, del cual hablaremos más adelante en el capítulo VI; marcó una no menos importante incidencia en la política a seguir, por la Iglesia Católica.

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